Campamento
rústico, dónde los jóvenes establecen las reglas de convivencia relacionadas
con ejes de compromisos.
Se forman
equipos de trabajo, unos traen el agua, la leña y mantienen la higiene del
campamento, otros preparan la comida y un tercer grupo lava la vajilla. Como
los equipos rotan, trabajamos en todo.
También hubo
mucha aventura, en especial para subir al Arequita por entre las rocas. Se
superan miedos, se consigue más seguridad y confianza en uno mismo y en los compañeros.
El buen humor y la diversión no
faltó nunca. Y a la hora de irnos evaluamos juntos la convivencia.
Un éxito!!
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